Soberana Virgen
del Carmen,
Madre común de todos los fieles,
pero muy en especial de los que visten
vuestro Santo Escapulario:
alcanzadme a mí,
que soy uno de vuestros privilegiados hijos,
que viva cristianamente todos los días
Que muera bajo vuestro manto maternal,
y, si Dios me destinase a expiar
mis pecados en el Purgatorio,
sacadme de allí cuanto antes
con vuestra poderosa intercesión,
cómo lo habéis prometido
a todos aquellos que se adornan
con el escudo e insignia
de los predilectos hijos del Carmelo.
¡Oh dulcísima María!
¡Oh dulcísima María!
"Defensa en los peligros",
prenda de vuestro amor singular,
y pacto de eterna alianza con vuestros hijos,
llamasteis a vuestro Santo Escapulario.
Que nunca, pues, se rompa este pacto por el
pecado,
¡oh Madre mía querida!;
y en prueba de mi fidelidad perpetua,
yo me ofrezco todo a Vos,
y consagro en este día mis ojos,
mis oídos, mi lengua y todo mi ser;
y pues soy todo vuestro,
guardadme y defendedme
como cosa y posesión vuestra.
Amén. +
Rezar tres Avemarías y Gloria.
Rezar tres Avemarías y Gloria.
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