¡Oh Reina del
dolor
y Madre bendita de las Angustias!
a tus plantas se acerca hoy
un alma amante de tus dolores,
a buscar en ellos el consuelo de sus pesares,
a ti Madre llego pidiendo auxilio en mis adversidades.
Bien sé, Señora y Reina mía,
que mis pecados y mis ingratitudes son las espinas
que coronaron la cabeza de tu divino Hijo,
los azotes que cubrieron su cuerpo sacratísimo,
las salivas y burlas con que le escarnecieron
y la Cruz en que le crucificaron.
Pero Tú, que eres Madre de misericordia,
y Madre bendita de las Angustias!
a tus plantas se acerca hoy
un alma amante de tus dolores,
a buscar en ellos el consuelo de sus pesares,
a ti Madre llego pidiendo auxilio en mis adversidades.
Bien sé, Señora y Reina mía,
que mis pecados y mis ingratitudes son las espinas
que coronaron la cabeza de tu divino Hijo,
los azotes que cubrieron su cuerpo sacratísimo,
las salivas y burlas con que le escarnecieron
y la Cruz en que le crucificaron.
Pero Tú, que eres Madre de misericordia,
alcánzame del Señor el perdón de todos,
y la gracia de que os llore
con lágrimas de verdadera penitencia.
Yo quisiera Señora, te lo digo de corazón,
que volvieras a mí tus maternales ojos
llenos de amor, de generosidad y de piedad
y me alcanzases las gracias que necesito,
que hagas posible que estas humildes súplicas
le sean agradables a tu divino Hijo, mi Señor Jesús.
No olvides que eres mi amorosa Madre Celestial
y que necesito tu dulce Presencia en mi vida.
Con total seguridad en tu bondad me acerco a tu trono
y lleno-a de esperanza te ruego con afán,
me concedas lo que con humildad y confianza
pido en esta oración y Tu me puedes obtener:
(pedir con mucha fe lo que se necesita conseguir)
Oh señora mía de las Angustias,
dame remedio a mis pobrezas y adversidades,
dame solución a los graves problemas
que en este momento me causan tanto pesar,
y concédeme gran fervor para enjugar con él
el llanto de tus maternales ojos,
y te ruego que siempre ¡oh Madre! estés a mi lado
disipando con la luz y pureza de tu mirada
las sombras de la angustia y el abatimiento.
En tus manos pongo mi alma,
con la esperanza de que la presentarás a tu Hijo
y le pedirás que la conduzca a la vida eterna.
Amen. +
Rezar siete Avemarías, Padrenuestro y Gloria.
La oración y los rezos se hacen siete días seguidos,
en honor a los 7 Dolores de la Virgen.
y la gracia de que os llore
con lágrimas de verdadera penitencia.
Yo quisiera Señora, te lo digo de corazón,
que volvieras a mí tus maternales ojos
llenos de amor, de generosidad y de piedad
y me alcanzases las gracias que necesito,
que hagas posible que estas humildes súplicas
le sean agradables a tu divino Hijo, mi Señor Jesús.
No olvides que eres mi amorosa Madre Celestial
y que necesito tu dulce Presencia en mi vida.
Con total seguridad en tu bondad me acerco a tu trono
y lleno-a de esperanza te ruego con afán,
me concedas lo que con humildad y confianza
pido en esta oración y Tu me puedes obtener:
(pedir con mucha fe lo que se necesita conseguir)
Oh señora mía de las Angustias,
dame remedio a mis pobrezas y adversidades,
dame solución a los graves problemas
que en este momento me causan tanto pesar,
y concédeme gran fervor para enjugar con él
el llanto de tus maternales ojos,
y te ruego que siempre ¡oh Madre! estés a mi lado
disipando con la luz y pureza de tu mirada
las sombras de la angustia y el abatimiento.
En tus manos pongo mi alma,
con la esperanza de que la presentarás a tu Hijo
y le pedirás que la conduzca a la vida eterna.
Amen. +
Rezar siete Avemarías, Padrenuestro y Gloria.
La oración y los rezos se hacen siete días seguidos,
en honor a los 7 Dolores de la Virgen.
Con el corazón lleno de tristeza te pido Virgen de las Angustias me ayudes a restaurar matrimonio ahora destrozado por una mujer que se interpuso solo por divertirse con mi esposo. Que vuelva humilde y arrepentido y yo voy a hacer todo lo posible por perdonar su infidelidad. No me desampares.
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